El Matrimonio



Soy un convencido que si hay algo bello en la tierra dentro de tantas otras cosas, eso se llama matrimonio. Un alarmante porcentaje de matrimonios jóvenes y de los otros, son hoy un fracaso.
El plan para la felicidad matrimonial es tan sencillo como complicado; corresponde a las necesidades y aspiraciones básicas de la persona, a la concordancia, objetivos e ideales de cada uno.
Existe una interminable relación de matrimonios destrozados por las constantes discusiones, más o menos importantes algunas y estúpidas la mayoría.
¿Causa general? Egoísmo, machismo, rutina aplastante, falta de diálogo, de comprensión y tolerancia, etc., es decir, inmadurez.
¿No comprenden que el matrimonio y su consecuencia, la familia son un sacramento y una institución sacramental demasiada seria y trascendente? Mi exhortación es:
Dialoguen, profundícense, conózcanse, colaboren y contribuyan con la edificación de un mundo mejor, no lo hagan peor, no destruyan sus vidas ni la de terceros.

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