
Esta presencia de Zelaya en Honduras y la presión internacional que se comenzó a notar ayer obliga a los golpistas a negociar, propuesta que siempre descartaron.
El régimen de facto quedo sorprendido con el audaz movimiento del presidente depuesto.
Se supone que Zelaya a recibido ayuda para su regreso del presidente venezolano Hugo Chávez y de otros gobiernos de Centroamérica.
El regreso de Zelaya ocasionara violencia, por el hecho que la sociedad hondureña esta dividida en dos mitades.
Zelaya se asiló en la embajada de Brasil y de allí no podrá salir si no quiere ser arrestado.
Por la posición que ha mostrado el gobierno de facto y sus promotores, se puede entender que no aceptaran su reasunción, si eso ocurre, el poder de facto habrá triunfado.