Ahora el distrito de Independencia cuenta con un lugar de entretenimiento que hace la competencia a exclusivos locales de Barranco o Miraflores. Los limeños prefieren visitar Zeven, que es una discoteca que está rompiéndola combinando el reguetón con los desfiles de modelos.
Un mar de diablitas nos recibe moviendo las colitas al entrar a Zeven. Fornidos danzantes de capoeira ejecutan vistosos pasos ante la nutrida concurrencia. La lujuria y la buena música -pese al invierno de estos días- han calentado la pista de baile.
El gerente de operaciones del local Rubén Porras, dijo que cada sábado llegan al local jóvenes de los puntos más lejanos de la capital.
En sus principios el local se abrió como un pequeño bar, entonces el formato del negocio era sencillo estilo bar miraflorino, casi íntimo, con música de los ochentas.
Poco a poco todo cambió y nunca se imaginaron congregar a tanta gente, pero la demanda obligo a contratar más mozos y barmans y dar rienda suelta al reguetón y al rock alternativo .
Según Rubén, ni él ni los dueños creyeron que habría tanto joven en esta parte de Lima. Antes de invertir en el Cono Norte habían administrado pequeños locales de Barranco y Miraflores, pero el llegar a Independencia fue su despegue: en marzo pasado no les quedó otra que alquilar el ambiente del costado y empezar a lo grande.
En Zeven puedes encontrar personas de todo Lima, de todas las clases sociales. Los que viven en Surco o la Molina no dudan en darse una vuelta por el local.
La entrada a Zeven cuesta 15 soles. El trago bandera del local se llama 'Martini Zeven' vale S/.18 y está preparado en base a pisco y gotitas de un misterioso ingrediente que, pese a mantenerse en secreto, ha vuelto famosos a sus creadores. "La idea de exhibir modelos y físico culturistas en una disco, en esta zona de Lima, ha dado resultados.
El primer ambiente es la parte original, un amplio salón con la barra de tragos y sillones de madera, en donde se reguetonea se arremolinan en la semi oscuridad. El segundo ambiente es la 'Zona VIP', con sombrillas y al aire libre, ideal para una buena conversación, ya que la música no llega tan estridente y el tercer ambiente es un restaurante llamado Vaca que también sirve de salón de baile en las noches.
Allí las modelos A1 se enrollan al 'pole dance', hacen shows de politos mojados, o, ensayan pasitos de new age hasta quedar tal y como vinieron al mundo.
Un mar de diablitas nos recibe moviendo las colitas al entrar a Zeven. Fornidos danzantes de capoeira ejecutan vistosos pasos ante la nutrida concurrencia. La lujuria y la buena música -pese al invierno de estos días- han calentado la pista de baile.
El gerente de operaciones del local Rubén Porras, dijo que cada sábado llegan al local jóvenes de los puntos más lejanos de la capital.
En sus principios el local se abrió como un pequeño bar, entonces el formato del negocio era sencillo estilo bar miraflorino, casi íntimo, con música de los ochentas.
Poco a poco todo cambió y nunca se imaginaron congregar a tanta gente, pero la demanda obligo a contratar más mozos y barmans y dar rienda suelta al reguetón y al rock alternativo .
Según Rubén, ni él ni los dueños creyeron que habría tanto joven en esta parte de Lima. Antes de invertir en el Cono Norte habían administrado pequeños locales de Barranco y Miraflores, pero el llegar a Independencia fue su despegue: en marzo pasado no les quedó otra que alquilar el ambiente del costado y empezar a lo grande.
En Zeven puedes encontrar personas de todo Lima, de todas las clases sociales. Los que viven en Surco o la Molina no dudan en darse una vuelta por el local.
La entrada a Zeven cuesta 15 soles. El trago bandera del local se llama 'Martini Zeven' vale S/.18 y está preparado en base a pisco y gotitas de un misterioso ingrediente que, pese a mantenerse en secreto, ha vuelto famosos a sus creadores. "La idea de exhibir modelos y físico culturistas en una disco, en esta zona de Lima, ha dado resultados.
El primer ambiente es la parte original, un amplio salón con la barra de tragos y sillones de madera, en donde se reguetonea se arremolinan en la semi oscuridad. El segundo ambiente es la 'Zona VIP', con sombrillas y al aire libre, ideal para una buena conversación, ya que la música no llega tan estridente y el tercer ambiente es un restaurante llamado Vaca que también sirve de salón de baile en las noches.
Allí las modelos A1 se enrollan al 'pole dance', hacen shows de politos mojados, o, ensayan pasitos de new age hasta quedar tal y como vinieron al mundo.
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